La vida inicia al sembrar un árbol, escribir un libro y tener un hijo

Cuando era pequeño, muchos decían: “habrás vivido cuando escribas un libro, siembres un árbol y tengas un hijo”. Hoy, después de muchos años, me doy cuenta que esto es sólo el inicio de la vida, porque las cosas no terminan ahí, sino que ahí inician.

El relato profético de Mujámmad que tiene un significado mucho más profundo.

Hoy ya hice estas tres recomendaciones. He escrito mas de un libro, he sembrado mas de un árbol y he tenido 2 hijas; sin embargo me he dado cuenta que mi vida no terminó aquí, al contrario, aquí inició el verdadero sentido de mi vida.

Cuando escribí mi primer libro tuve un logro, pero fue un logro superficial, porque no es sólo “vomitar palabras”, ya que también aprendí reglas ortográficas y sintaxis; además estudié para que mis textos fueran comprendidos por mis lectores. Sin embargo, ahora que he terminado mi libro, he comprendido que esto no terminó aquí, ahora debo hacer que lo lean, porque un libro sin ser leído es como si nunca fuera escrito.

Cuando sembré un árbol, tuve un logro superficial, porque no podía dejar que la planta creciera sola. Cuando sembré un árbol, comprendí que es fácil, lo complicado es saber qué árbol sembrar, dónde sembrarlo para que tenga suficiente sol y agua y qué tipo de árbol para que pueda sobrevivir al clima que se encuentra. Ahora que he sembrado mi árbol ideal en el lugar ideal, debo aprender a cuidarlo hasta que tenga la edad suficiente para que pueda ser independiente. Mientras tanto, debo regarlo disciplinadamente y cuidarlo. Mi misión no termina al sembrar el árbol.

Cuando tuve mi primera hija, fui feliz, pero no me sentí satisfecho, porque debía cuidarla, formarla, alimentarla, cuidarla durante sus enfermedades. Ahora que tengo otra hija, comprendo que la vida no terminó ahí, sino que apenas inició, porque ahora debo formarla para que crezca con el corazón sano, con el alma fuerte y con la mente libre de creencias negativas. 

Es importante escribir un libro, pero la misión no termina ahí, después de escribir debemos hacer que los demás lo lean.

Es importante sembrar un árbol, pero la misión no termina ahí; después de sembrar es importante regarlo, cuidarlo y estar atento hasta que tenga una edad suficiente para que tenga independencia.

Es importante tener un hijo, pero la misión no termina ahí; es necesario cuidarlo, alimentarlo, velar cuando se enferme, formarlo para que crezca sano física y emocionalmente, y estar atento a él.

Cuando hagas esto, sabrás que has vivido; pero no tanto porque cumpliste con la misión de las tres cosas que recomiendan, sino porque habrás pasado por una serie de situaciones, vivencias y problemas; habrás madurado al impulsar tu libro, al regar tu árbol y al formar tu hijo. Entonces, sólo entonces podrás decir “he vivido”.

¿y tú ya empezaste a vivir?

Rafael Zarate M.

Escritor, terapeuta de sanación emocional, conferencista, creador del proyecto "de regreso a la Fuente" y colaborador para el despertar de la consciencia,